Por aquel entonces, un joven totalmente desconocido, procedente de la fría Bulgaria, fichado del CSK de Sofía llegó a las filas del Valencia C.F y comenzó a demostrar que su fichaje no fue ningún disparate. El joven búlgaro enseñó a la grada de Mestalla de lo que estaba hecho. De gran fortaleza física, con una pierna izquierda muy certera y con un remate de cabeza soberbio, encandiló a una afición que clamaba cada vez que Lubo marcaba un gol.
En la seleccion búlgara también destacaba notablemente jugando de "killer del área" y en la segunda fila de ataque se encontraba su otro compañero, el gran Hristo Stoichkov, otro grandísimo delantero, con una depurada técnica, una zurda letal y un carácter muy notorio, tanto a nivel personal como futbolístico. Ambos formaban la pareja atacante de la selección búlgara que tanto dió que hablar durante el mundial de Estados Unidos.
Tras su etapa de Mestalla, un Atlético de Madrid que ya seguía su estela unos años atrás, se hizo con los servicios del futbolista búlgaro durante una temporada. Año en que se pudo ver a un Lubo Penev que acusaba más el cansancio, la edad y las lesiones. Convendría recordar, que superó un carcinoma en la próstata y eso fue el comienzo del final se su carrera futbolística.
Finalmente, prolongó su carrera durante un año más en un Compostela, que por aquel entonces era un equipo muy inferior tanto al Atlético de Madrid como al Valencia y que estaba necesitado de los goles de un auténtico cañonero del área, aunque no cuajó una gran actuación y fue a la siguiente temporada cuando el conjunto dirigido por Víctor Fernández se lo llevó a sus filas como un fichaje estrella necesario para salir de aquella situación y así fue. Lubo Penev terminó su ciclo futbolístico en España en 1999 en el Real Celta de Vigo, no sin antes dejarle un "regalito" al todopoderoso Real Madrid.
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