lunes, 30 de noviembre de 2009

El Barça también sabe sufrir



Un clásico siempre es un clásico, y anoche volvimos a verlo en el Camp Nou. No fue el partido más brillante que hemos visto entre estos dos conjuntos ni tampoco el partido en el que más goles se consiguieron anotar, pero lo cierto es que a emoción pocas disputas le superan.





Desde el inicio se vio un partido igualado, a pesar de lo que a priori muchos podíamos pensar -que el Barcelona iba a pasarle completamente por encima al Real Madrid. El conjunto blanco salió muy enchufado, con las líneas de presión ligeramente adelantadas y acumulando muchos jugadores en el centro del campo con la intención de no dejar jugar cómodo a Xavi. Pellegrini demostró que es un entrenador bueno y muy inteligente: jugó con dos puntas (Ronaldo e Higuaín) con Kaká por detrás de ellos, ayudando en defensa a Lass y Xavi Alonso, cuya labor defensiva en el día de ayer fue inmensa. Marcelo ocupó la banda izquierda con la intención de ayudar a Arbeloa, que jugó en el lateral izquierdo, en las internadas del lateral brasileño del Barça. Este espacio a la espalda de Alves cada vez que subía, era aprovechado por Ronaldo, quien no cesó de caer a la banda izquierda para encarar desde ahí a los centrales.
La banda derecha del Madrid quedaba más vacía, ya que Higuaín sólo la tapaba en contadas ocasiones: Pellegrini sabía que el peligroso no era Abidal.

Con dos hombres arriba y los medio centros creativos del Barça "neutralizados", los protagonistas de la primera parte serían Kaká por un lado, con una libertad de movimientos amplia cuando los merengues atacaban; y Sergio Busquets por otra, que estaba realizando uno de sus mejores partidos hasta que fue expulsado. Con ellos vino el peligro, pues la ocasión más clara del partido fue para Cristiano después de una gran jugada de Kaká, mientras que el peligro del Barça (un tanto escaso en la primera mitad) vino con pases interiores de Busquets.



Al descanso 0-0 y un gran partido de por medio. El Madrid se las prometía felices, pero un impecable Puyol, y un más que seleccionable Víctor Valdés, impidieron que los blancos volvieran del vestuario con ventaja. Fue a los 5 minutos cuando el sueco Ibrahimovic salió para hacer lo que mejor sabe: marcar. Un excelente centro de Alves le bastó para meter el interior de la bota izquierda y mandar el balón al fondo de la red.

Busquets cometió el primer error de la noche cortando un balón en el centro del campo con las manos, lo que supuso la segunda amarilla para él, y aguantar 30 minutos con diez para el Barça. El Madrid volvía a llenarse de esperanza, pero los blaugrana tuvieron de nuevo la posesión y aguantaban los ataques madridistas.
El equipo culé sufrió. Sufrió bastante, de hecho. Pero como todo equipo campeón demostró que también sabe sufrir y ganar de esta forma.

El clásico no defraudó. Y aunque los tres puntos se quedaron en la ciudad condal, vimos como el Real Madrid empieza a mejorar y a demostrar que verdaderamente le puede disputar la Liga al Barcelona. Eso sí, desde que empezó la temporada el partido de anoche es el primero en el que los de Pellegrini no deben tomar las riendas del partido. De modo que en las próximas jornadas veremos si realmente es un equipo en evolución, o si lo de ayer fue un mero espejismo.

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