domingo, 29 de noviembre de 2009

Si perdonas, lo acabas pagando


El ímpetu de Bruno y el acierto de Borja Valero desde los once metros evitaron que el Valencia sumase los tres puntos por quinta vez consecutiva en liga. El Mallorca arrancó un punto de Mestalla, en un partido en el que mereció salir goleado, gracias, por un lado, a la sobremotivación del lateral derecho valencianista, que regaló un penalti absurdo en el minuto 82, y, por otro, a la piedad de la escuadra de Emery, que perdonó en numerosas ocasiones la sentencia y que luego lo acabó pagando muy caro.

El partido se iniciaba con intensidad, con un Valencia enchufado que en el minuto 9 ya hacía los primeros méritos para marcar. Una jugada de estrategia desde la esquina derecha del ataque valencianista era culminada por David Silva con un testarazo que se hubiera convertido en gol sino hubiera sido por el hambre del otro David, en este caso Villa, quien empujó la bola en la línea de gol habiendo salido de clara posición no reglamentaria.

El mediapunta de Arguineguín sufriría poco después un esguince de rodilla que le va a tener un mes de baja, y el técnico de Hondarribia optó por dar entrada a Joaquín para recomponer el dibujo táctico. Sin embargo, el Valencia se difuminó con estas contrariedades y el Mallorca se comenzó a sentir algo más cómodo sobre la cancha.

Aún así, el extremo gaditano valencianista provocó un penalti de Ayoze que Iturralde, tan polémico como siempre, no quiso ver y en la prolongación de la jugada Ramis corto con la mano un centro, del que se lavó las manos el colegiado vasco.

Nada más comenzar la segunda parte, Iturralde se inventó una falta de Navarro sobre Aduriz en la media luna, cuya ejecución salió rozando el poste derecho defendido por César. Del 0-1 pasamos en un minuto al 1-0, pues en la siguiente jugada el Valencia se adelantó en el marcador gracias a una jugada de estrategia en un córner. Bánega prolongó el servicio de esquina hacia el corazón del área y Villa coló el esférico en las mallas defendidas por Aouate. Son ya 10 los tantos del Guaje en la liga.

A partir de ahí, el Valencia, acicatado por el tempranero gol, dio una lección de juego ofensivo (una más) pero, en esta ocasión, sin finalización. Ni Mata solo ante Auoate, ni Joaquín en una preciosa jugada que acabó con la bola en el poste, ni Villa, consiguieron sentenciar. El Mallorca, sin embargo, sacó petróleo de una de las únicas ocasiones en las que asedió el área ché por culpa del penalti cometido por Bruno Saltor. Iturralde, esta vez, no vaciló ni un instante en señalarlo.

La fortuna se alió ayer con el Mallorca y le permitió sumar un punto en un campo que este año no le está jugando buenas pasadas a su anfitrión. El empate de ayer, siendo positivos, puede servir para aprender la lección. La culpa puede ser esta vez achacada a la mala suerte, pero la próxima ocasión en la que ocurra esto, será culpa única y exclusivamente del Valencia.

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