jueves, 5 de noviembre de 2009

Dos minutos fatídicos


David Gutiérrez- Dos minutos. Cientoveinte segundos. Paradójico fútbol el que hoy ha golpeado con dureza al Valencia. Dominante absoluto del choque, al conjunto cse le ha escapado la victoria en dos jugadas aisladas. El resultado sería anecdótico, casi incluso curioso, sino fuera porque al Valencia le es necesario para depender de sí mismo conseguir 4 puntos en los dos partidos que quedan.

El encuentro comenzaba estático, con el equipo checo decidido de forma descarada a esperar a los de Emery en su propio campo, y correr a la contra al ritmo de esa bala humana conocida como Hlousek. En ese panorama, el Valencia tocaba y tocaba hasta encontrar los huecos.
Y vaya si los encontró, la floja defensa del Slavia permitía llegadas por las bandas del Valencia, de las cuales ninguna fue a buen puerto. No obstante, no fue por ningún ala sino por el centro por donde llegaría el primer tanto del partido. En el minuto 20 de juego un pase al hueco de Marchena, muy activo y peleón durante todo el partido, a Mata acabaría con penalti a favor del conjunto de la capital del Turia. Debió ser roja, pero al árbitro se le traspapeló la tarjeta. Joaquín convierte por la escuadra, imparable.
Lejos de cambiar el guion, la escuadra praguense siguió a la suya, presionando en su propio campo, esperando las acometidas valencianas. De una de jugada de ataque en el área surgió un sublime taconazo de tiralíneas de Carlos Marchena a Mata, quien en posición correcta chutó sobrepasando al portero. El colegiado anularía la jugada a instancias de su equivocado asistente.
De ahí hasta el descanso, más de lo mismo: un Valencia dominante pero falto de agresividad necesaria para resolver el partido.
En la reanudación pronto llegaría el segundo tanto valencianista. De un despeje a la frontal, Maduro se inventaría un espectacular chut cruzado a la escuadra del puerta Vaniak. Golazo. El partido parecía finiquitado. Más aún, cuando un minuto Senderik se autoexpulsaba al provocar una segunda amarilla (la primera había sido por protestar).
Ahí llegaron los cambios: Pablo por Silva (58´); Alba por Mata (64´); y Del Horno por Mathieu (´68). El partido estaba controlado, pero el Valencia no tenía ocasiones, especuló, y acabó pagándolo caro.

En un córner aislado, Janda remataba en el área pequeña. Gol. Minuto 78. Este gol levantó la moral al Slavia y a sus hinchas. Dos minutos después, una rara jugada le servía al equipo checo para igualar la contienda. Bruno saltaba con un rival. El árbitro hizo el gesto de señalar infracción, pero dio la ley de la ventaja. Hlousek aprovechó el despiset defensivo valenciano, encaró a Moyá, que paró la embestida; pero el rechace del mallorquín quedó franco para Grajciar, que ante la pasividad del recién recuperado Del Horno, anotaba el empate.
Desde entonces hasta el pitido final el encuentro se transformó en un correcalles, con un Valencia impotente e incrédulo a partes iguales, y un Slavia lanzado a por su primera victoria de la ronda. No pasó nada más. Bueno sí, la expulsión de Baraja. Doble amarilla.
Empate a dos goles, y el Valencia se complica la clasificación de una manera alarmante.

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