domingo, 3 de enero de 2010

Zigic marca en el descuento

El Valencia consiguió ayer in extremis una importante victoria frente al Espanyol de Pochettino en un encuentro cuyo máxime protagonista fue el delantero serbio Zigic, autor del gol de la victoria, quien parece reafirmarse en la plantilla siempre que se contempla su traspaso. El Valencia mereció más ante un equipo defensivo a ultranza, y con la derrota del Sevilla en el Calderón, también refrendada en los últimos instantes del partido, se reestablecerá de nuevo en la tercera plaza de la clasificación al finalizar esta decimosexta jornada.

Jordi Alba era la gran novedad en el once inicial de Unai Emery. El canterano, quien demostró en la hora que estuvo sobre el césped que está todavía en estado embrionario, posibilitó que Banega volviera a su posición natural y que Mata pasase a "hacer de Silva". La lesión de Pablo volvía a convertir a Joaquín en titular, mientras que otra de las atracciones del encuentro fue la titularidad del controvertido Miguel en su habitual posición de lateral derecho. El luso hizo un buen partid y convirtió en aplausos los pitidos que recibió de la afición en los primeros compases del encuentro.

El Valencia tuvo el mando en los primeros cuarenta y cinco minutos, pero el orden, la mentalidad y el sacrificio defensivo de los espanyolistas imposibilitaron que los blanquinegros gozarán de grandes ocasiones de gol en esta primera mitad. Sólo un frustrado golpeo de Alba, una cabalgada de Miguel sin atinar en el remate y algún que otro intento de un desafortunado ayer Villa, intentaron inquietar al guardameta camerunés Kameni, quien no tuvo que emplearse a fondo.

El juego ofensivo del Espanyol bebió del contragolpe y de las pérdidas valencianistas en su propio campo. En una pérdida de Banega, Márquez buscó el gol visitante pero la parada de César y el posterior despeje de Alexis impidieron que la primera ocasión -y única- de los periquitos tuviera su finalización en el fondo de las mallas.

En la segunda parte, el guion se movió por los mismos derroteros, salvo que el Espanyol separó sus líneas, buscó de forma sensiblemente mayor el arco de Valencia, y las ocasiones comenzaron a llegar. Villa se inventó una jugada de crack, se fue de dos rivales, caño incluido para superar al segundo obstáculo, pero se encontró con el pie de Kameni como óbice para anotar el primer tanto. Posteriormente, de nuevo el Guaje lo intentaría con un disparo cruzado que el propio internacional de Camerún volvería a sacar con sus pie derecho.

En ese momento, las fichas comenzaron a moverse, Pochettino dio entrada a Shunsuke Nakamura, la estrella mediática, que no futbolística, del conjunto barcelonés, mientras que Emery sacaba a Zigic por Jordi Alba para alcanzar la supremacía del juego aéreo. El serbio por fin estuvo bien, activo, peleón y certero.

Fue Roncaglia, no obstante, quien tuvo una clara oportunidad que el mismo se fabricó tras robarle la cartera a Mata. La cruzó demasiado. Poco después, en un despiste de Navarro, Luis García no supo finalizar la jugada tras marcharse de César. Alexis se interpuso. Ése fue el último acercamiento de los pericos.

Cerca del final, Mata habilitaría un perfecto centro a Villa, que éste cabeceó incomprensiblemente al poste, y la retaguardia del Espanyol evitaría que en la continuación de la jugada Joaquín consiguiera el tanto.

Fue el de Puerto de Santa María quien, en el minuto 92 de juego, colocaría un perfecto centro hacia el punto de penalti para que Zigic hiciera justicia en el electrónico con un toque perfecto al palo izquierdo de la meta blanquiazul, para desesperación de Pochettino y euforía de la grada valencianista.

El Mestalla se le atraganta al Valencia, pero ayer las tornas se cambiaron y fue el equipo local quien en los últimos instantes marcó un gol que, sin duda alguna, vale oro.

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