Winston Bogarde, no confundir con Dirk Bogarde, que era un actor y no tiene la culpa de que años después apareciera en la esfera pública futbolística un homónimo suyo de dudosas aptitudes futbolíticas, es conocido por su nada desdeñable par de temporadas en el hogaño mejor equipo de la historia del fútbol.
Fue uno más de la hornada de tulipanes que se trajo al equipo representante de la ciudad condal el señor Louis Van Gaal, aunque tuvo bastante menos reconocimiento que otros como los hermanos De Boer, el guardameta Hesp, el extremo zurdo Zenden, el medio Phillipe Cocu, el bellísimo Reiziger, o el otrora espléndido delantero centro Patrick Kluivert. Este último podría tener cabida en esta sección por su espectacular paso por los hospitales y clínicas de salud valencianas durante todo un año de contrato. Pero bueno, como digo, eso es aparte.
El señor Bogarde participó en 40 encuentros en esas dos temporadas en el conjunto culé. Metió cuatro goles. Ganó dos ligas, una supercopa de Europa, y le arrebató futbolísticamente -junto a sus compañeros, claro está- la Copa de Su Majestad el Rey al Mallorca. A priori, no está del todo mal. Lo peor -o lo mejor, según se vea- llegaría después.
Tras su paso por el Barcelona firmó por el Chelsea para las cuatro posteriores campañas. El señor Claudio Ranieri se hizo poco después con las riendas del banquillo del club londinense, y no tardó en expresar que el recién fichado Bogarde no entraba en sus planes. Consciente de haber firmado el contrato de su vida, y de que a ningún otro club se le ocurriría ofrecerle un contrato de la índole del que le había ofrecido el Chelsea, el gran Bogarde cumplió durante cuatro años escrupulosamente sus obligaciones para con el club inglés, yendo a entrenar todos los días. Lo único es que los partidos los veía desde la grada.
Bogarde ganó desde el año 2000 hasta el 2004, la importante suma de 40.000 libras por semana. Y todo, para disputar 11 partidos con la elástica azul durante todo este período. Por si no tenía suficiente gracia la historia, el Chelsea ganaría un trofeo doméstico en estos años que, de acuerdo a una cláusula presente en el contrato del tulipán, le reportaría a Bogarde un pago de prima. Cabe destacar la no participación en ningún partido de esta competición del holandés.
Winston dejaría la práctica "profesional" del fútbol en el año 2005, y conociendo los datos relativos a sus emolumentos, desde Informe Membrillera consideramos que no ha debido de afectarle en exceso la crisis económica mundial.
Fue uno más de la hornada de tulipanes que se trajo al equipo representante de la ciudad condal el señor Louis Van Gaal, aunque tuvo bastante menos reconocimiento que otros como los hermanos De Boer, el guardameta Hesp, el extremo zurdo Zenden, el medio Phillipe Cocu, el bellísimo Reiziger, o el otrora espléndido delantero centro Patrick Kluivert. Este último podría tener cabida en esta sección por su espectacular paso por los hospitales y clínicas de salud valencianas durante todo un año de contrato. Pero bueno, como digo, eso es aparte.
El señor Bogarde participó en 40 encuentros en esas dos temporadas en el conjunto culé. Metió cuatro goles. Ganó dos ligas, una supercopa de Europa, y le arrebató futbolísticamente -junto a sus compañeros, claro está- la Copa de Su Majestad el Rey al Mallorca. A priori, no está del todo mal. Lo peor -o lo mejor, según se vea- llegaría después.
Tras su paso por el Barcelona firmó por el Chelsea para las cuatro posteriores campañas. El señor Claudio Ranieri se hizo poco después con las riendas del banquillo del club londinense, y no tardó en expresar que el recién fichado Bogarde no entraba en sus planes. Consciente de haber firmado el contrato de su vida, y de que a ningún otro club se le ocurriría ofrecerle un contrato de la índole del que le había ofrecido el Chelsea, el gran Bogarde cumplió durante cuatro años escrupulosamente sus obligaciones para con el club inglés, yendo a entrenar todos los días. Lo único es que los partidos los veía desde la grada.
Bogarde ganó desde el año 2000 hasta el 2004, la importante suma de 40.000 libras por semana. Y todo, para disputar 11 partidos con la elástica azul durante todo este período. Por si no tenía suficiente gracia la historia, el Chelsea ganaría un trofeo doméstico en estos años que, de acuerdo a una cláusula presente en el contrato del tulipán, le reportaría a Bogarde un pago de prima. Cabe destacar la no participación en ningún partido de esta competición del holandés.
Winston dejaría la práctica "profesional" del fútbol en el año 2005, y conociendo los datos relativos a sus emolumentos, desde Informe Membrillera consideramos que no ha debido de afectarle en exceso la crisis económica mundial.
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